El destete (III)

 

Segunda entrega del destete precoz, en relación a la madre
Quién no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza”
Benjamin Jonson (1572-1637), dramaturgo inglés
  
Causas debidas a la madre
En condiciones normales y con los apoyos adecuados, existen muy pocas mujeres que presenten una incapacidad real al amamantamiento o a una producción adecuada de leche para su/s bebés.
Partiendo de esa base, todas las madres pueden amamantar a las criaturas que han gestado y a las que han dado a luz, excepto que decidan conscientementeno hacerlo. En este caso, es la madre la que, si quiere, debe buscar las causas que motivan tal negación, y desarrollar el trabajo personal necesario para solucionarlas, si es su deseo1.
A parte de por deseo personal, existen otras causas físicas o coyunturales que pueden evitar un amamantamiento placentero o acortarlo en el tiempo, como son:
  • Problemas médicos que en el primer mundo contraindican la lactancia: enfermedades contagiosas como el VIH o la Hepatitis C
  • Problemas médicos que pueden (no siempre lo hacen) producir hipogalactia: Sindrome de Ovario Poliquístico, Hipo o Hipertiroidismos no diagnosticados ni tratados o insuficiente desarrollo mamario. En estos casos, el diagnóstico de la “enfermedad”, la asunción de medidas adecuadas (uso de galactogogos, métodos de complementación…) y un apoyo adecuado del ambiente familiar pueden ayudar a la madre y al bebé a disfrutar de una lactancia si no exclusiva en todos los casos, si al menos satisfactoria y feliz
  • Problemas o tratamientos médicos que pueden ser incompatibles con la lactancia. Consultar la página www.e-lactancia.org nos ayudará a conocer los fármacos que realmente están contraindicados con la lactancia. En cualquier caso podemos: 
    • Esperar a dar la medicación al fin de la lactancia.
    • Usar tratamientos no farmacológicos.
    • Retrasar la terapia o el tratamiento.
    • Elegir otra medicación que no afecte a la lactancia.
    • Tomar una dosis menor o por una vía que afecte menos.
    • Evitar dar el pecho cuando la concentración es mayor
    • Tomarlo justo antes del período más largo de sueño del bebé.
    • Suspender la lactancia temporalmente (con reservas acumuladas) y como última opción definitivamente.

     

    Si a pesar de todo resulta imprescindible destetar bruscamente a causa de una enfermedad grave de la madre o de una separación prolongada entre madre-bebé, el proceso puede ser difícil para ambos.
    Según la edad y capacidad de adaptación del lactante, la persona que sustituye a la madre necesitará paciencia y una o dos tomas para que acepte el biberón. En otros casos el lactante solo acepta sólidos, y rechaza otros líquidos durante días.
    Respecto a la madre, desde el punto de vista físico puede sufrir considerables molestias, pues la glándula mamaria permanece parcialmente funcionando durante más de un mes y la ingurgitación puede ser importante cuando sólo han pasado 4 ó 6 semanas desde el parto. La madre puede sufrir “fiebre de leche”, enfermedad caracterizada por fiebre, escalofríos y malestar, como un síndrome gripal, debida a la súbita reabsorción de la leche. La fiebre de leche suele durar 3 o 4 días y no debe ser confundida con enfermedades más graves.
    En lo que al aspecto emocional, la prolactina se ha asociado con un sentimiento de bienestar, de modo que su descenso puede asociarse con una relativa depresión. La madre en estos momentos, si además es propensa a la depresión, debería ser apoyada socialmente, aunque incluso una madre normal y equilibrada puede experimentar cierta depresión y tristeza ante la realidad de la última tetada. Es importante reconocer que se trata de un fenómeno psicológico y emocional.
    Si una madre se ve forzada por circunstancias que escapa a su control a destetar precozmente, puede necesitar mucha comprensión y apoyo para superar la desilusión. Si ha recibido presiones de amigos y familiares para dar el pecho puede tener que afrontar lo que considera un fracaso y reconocer que se puede dar el biberón y seguir siendo una buena madre3
    Desconocimiento de los brotes de crecimiento. Los bebés y los niños no siguen un crecimiento lineal, sino que siguen una curva más o menos ascendente con pequeños badenes o estancamientos y picos más aguzados de crecimiento4. En bebés menores de 6 meses, estos brotes se suelen producir a las 2 semanas de vida, al mes y medio y a los 3 meses, aunque todos los bebés no siguen la misma pauta de comportamiento. Además, los bebés menores de un año pueden mamar poco
    • durante una enfermedad, recuperando en los días posteriores el ritmo perdido hasta equilibrar de nuevo el aporte de leche; y los bebés que ya comen otros alimentos pueden negarse a tomar nada que no sea pecho durante estos momentos de enfermedad, reacompasándose después la oferta y la demanda. Por ello, el hecho de que un bebé de 3 meses demande durante unos días más pecho de lo habitual no se debe a que la madre no fabrique leche suficiente, o a que su leche ya “sea agua y no alimente”, sino que se debe a que el bebé esta demandando al pecho un aumento de producción que se acomode a su mayor necesidad momentánea. El problema es que muchos de estos brotes, unidos a que el pecho poco a poco se va sintiendo menos ingurgitada, a que el peso del bebé no aumenta de manera tan ostensible como en los meses anteriores (si no fueran engordando cada vez menos se convertirían en elefantes en lugar de en niños…), y a que los bebés empiezan a hacer menos deposiciones, son interpretados por las madres o los pediatras como signos de que el bebé se está quedando con hambre y no tiene suficiente con lo que le aporta el pecho, por lo que empiezan a dar al bebé biberones (muchas veces a obligarlos a tomárselos) que van a hacer que abandone el pecho.
    • Nuevos embarazos que en muchos círculos médicos aún se consideran contraindicaciones para continuar una primera lactancia, aunque no existan evidencias científicas de que así sea. Como durante el primer año es más raro que esto ocurra, lo desarrollamos más en el siguiente punto.
    • La reincorporación de la madre al trabajo tras la finalización de la baja maternal es un motivo que muchas madres aluden para destetar a sus bebés, bien sea por decisión propia o motivadas por el ambiente que les rodea. A veces, la falta de información y conocimientos sobre la extracción y conservación de la leche dan lugar a estos destetes precoces.
      Realmente, es cierto que la incorporación laboral es un obstáculo que puede hacerse difícil, y aunque biológicamente las mujeres deberíamos tener el derecho de permanecer con nuestros bebés los primeros dos o tres años de vida, también lo es que esto no es siempre posible en nuestro mundo.
      Mientras se consigue la ampliación de la baja maternal al menos a los 6 meses de lactancia exclusiva, las madres podemos buscar estrategias que nos permitan salvar al menos esos 6 primeros meses, y luego compaginar trabajo y lactancia con ayuda de la A.C. y de una entrega mayor durante las tardes y las noches, para que los bebés recuperen el tiempo perdido durante la jornada laboral. Es un regalo que nuestros pequeños agradecerán
    Por último, y como comentábamos en el caso de los bebés, merece mencionar a parte con mayor relevancia la introducción de la alimentación complementaria, que puede convertirse en un momento de tensión y lucha con nuestros bebés. Con lo listos que son, no quieren verse forzados a ceder ni un ápice de su preciada tetita por esas grandes cantidades de papillas o purés que muchos médicos se empeñan en hacer creer a sus madres que es importante que se coman.
    Como con la L.M., la A.C. debería ser a demanda, ofreciendo al bebé pequeñas cantidades de alimentos nuevos, que no tienen porque estar triturados, y de uno en uno, con el fin no sólo de identificar posibles alergias, sino también de proporcionar al bebé la posibilidad de explorar y reconocer nuevos sabores y texturas de manera natural y sin obligaciones. En este tema, de nuevo se hace necesario citar a Carlos González como referencia1: en general, un bebé no debería empezar a comer hasta que:
    • Es capaz de sentarse y mantenerse sentado sin ayuda.
    • Ha perdido el reflejo de extrusión (ese reflejo primario que les hace escupir lo que se les mete en la boca), porque si no podemos malinterpretarlo como que nos quieran espurrear o se quieren reír de nosotros
    • Muestra interés por la comida de los adultos. Esto es más fácil si el bebé siempre ha comido con nosotros, en nuestro regazo tomando pecho, por ejemplo, y cuando se le hace partícipe de un momento familiar tan importante como la comida o la cena
    • Sabe expresar con gestos que tiene hambre o no quiere más comida.
    Todos estos factores suelen tener lugar en torno a los 6 meses de edad, pero esto tampoco es una regla matemática, pues hay bebés que con 4 o 5 meses quieren llevarse comida a la boca (aunque sólo pretenda experimentar, que tampoco hay que tomárselo todo a rajatabla) y otros que con 7 meses no quieren saber nada de frutas, arroces y mucho menos papillas pringosas que les quieren meter en la boca. Si los dejamos elegir, los niños elegirán el momento en que quieren empezar a comer y lo que quieren comer, y en ese caso no será necesario que les metamos nosotros la comida en la boca, sino que serán ellos quienes, con sus manitas, se llevarán a la boca aquello que les ofrezcamos. Porque “el bebé tiene derecho, antes de llevarse a la boca un nuevo alimento, a examinarlo, juzgarlo, y tocarlo, como hace con el resto de las cosas”5
    Respecto al ritmo de introducción de los alimentos, depende de las costumbres familiares y culturales, pues en cada lugar del mundo se comen un tipo de alimentos u otros6 En general, los alimentos mejor tolerados son las frutas y verduras (excepto verduras de hoja verde y frutas alergénicas como melocotón o fresas), así como los cereales. Las últimas indicaciones en A.C. hablan de introducir el gluten antes de los siete meses, pero en cualquier caso es más seguro empezar con cereales sin gluten como arroz, maíz, mijo y quínoa.
    Cuando aparecen los primeros molares, alrededor del año, se pueden introducir las verduras de hoja verde, las legumbres, los cítricos, los huevos (empezando con la yema) y si se quiere la carne y el pescado, aunque algunos nutricionistas recomiendan retrasarlo hasta los dos años de vida, pues hasta esa edad el bebé tiene las capacidades de masticación y digestión inadaptadas a las características de la carne.
    La idea es que la alimentación del bebé sea sana, sin azúcares ni sal, y lo más adaptada posible a la comida de la familia, para evitar sobrecargas de trabajo que llevan a muchas madres a comprar comida para bebés. Es importante también señalar aquí el tema de las papillas comerciales de cereales, que generalmente tienen altos contenidos en azúcares y no son muy recomendables.
    1 Cualquiera de los libros escritos por Laura Gutman trata en mayor o menor medida las posibles causas o explicaciones que hay detrás de una negativa materna a amamantar.
    2 La lactancia prolongada y el destete”. Curso On Line. Fedalma

    3 http://www.who.int/childgrowth/standards/curvas_por_indicadores/en/index.html. Curvas de crecimiento universales establecidas por la OMS con bebés alimentados exclusivamente a pecho hasta los seis meses y con lactancias mayores a dos años de duración. Los bebés de todas las razas y lugares del mundo, sea cual sea su medio de alimentación, deberían medirse con estos patrones.

    4 Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado. http://whqlibdoc.who.int/paho/2003/9275324603_spa.pdf

    5 Extraído de un texto no publicado de Marina Fernández, enfermera, matrona y homeópata miembro de Multilacta- Lactancia Materna
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Acerca de Multilacta Lactancia Materna

Multilacta Lactancia es un grupo de apoyo a la lactancia materna fundado en 2007.
Desde 2003 trabajó como proyecto especializado en apoyo a la lactancia materna en caso de partos múltiples (gemelos, trillizos o más múltiples)
Desde 2007 es un grupo de apoyo generalista con especialidad en este tipo de lactancias.
Cuenta con grupos de apoyo en Madrid y León.

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