Hoy te presentamos a nuestra Asesora Multilacta Ana Arribas. Es madre de un niño y una niña y tiene amplia experiencia en lactancia de prematuros, relactación y lactancia en tándem. Es Terapeuta ocupacional en el Hospital de Fuenlabrada.
¿Por qué se hizo Ana Arribas asesora de lactancia materna?
Si algo sabía desde niña es que quería tener hijos. Siempre me imaginé dándoles el pecho…aunque nunca me planteaba cuanto tiempo les daría. Tuve una experiencia cercana en la familia con la lactancia prolongada y yo, que por entonces todavía no era madre, no terminaba de ver lo de darles más tiempo de lo “normal”… Mi propia maternidad vino a poner todo en su sitio.
No siempre las cosas son como las deseas… Mi preeclampsia y el CIR (crecimiento intrauterino retardado) de Hugo hicieron que naciera en la semana 34 de gestación con 1338 gr. Nada era lo que habíamos imaginado…pero es lo que había. Estuvimos 26 días en una unidad de cuidados intermedios con todo lo que ello conlleva: bebé en la incubadora, con oxígeno, con sonda nasogástrica, con alimentación parenteral…con miedo a si sobrevivirá, si tendrá secuelas, angustia y sufrimiento por toda la separación y por toda la situación, tristeza por lo soñado que no pudo ser, el no poder ejercer totalmente nuestro rol de padres… Cada día nuestro momento mágico era el momento en el que podíamos hacer los cuidados de la madre canguro, su olor, su piel, su cercanía, su contacto…
En cuanto a la lactancia en estas circunstancias, la primera en ofrecerme un sacaleches fue mi prima, pero yo no tenía ni idea de usarlo, y además estaba muy bloqueada. El personal tampoco me explicó y las pautas en cuanto a tiempos y frecuencia de extracción eran muy confusas. A veces los comentarios eran poco acertados (“sácate un poco más que con esto no tengo ni para purgar la sonda”, “tampoco pasa nada, que los niños de biberón también se crían muy bien”, etc.) y no ayudaban. Toda la leche que conseguía extraerme, se la daban a Hugo, primero por sonda nasogástrica y a los 15 días de vida con biberón. Hugo se agarró por primera vez al pecho a los 25 días de vida, el día previo al alta.
Con 26 días de vida, 1880 gr, lactancia mixta pautada con una leche especial hasta que pesara 3 kilos, ¡¡¡por fin, nos íbamos los 3 a casa!!! con nuestros miedos e inseguridades, pero a nuestra casa.
Durante 1 mes y medio fuimos compatibilizando extracción, pecho y biberones. Conseguir que se enganchara en todas las tomas no fue sencillo, no siempre quería el pecho por el día y por la noche era imposible. Poco a poco, con mucho tiempo, mucha paciencia y con mucho piel con piel lo fuimos consiguiendo…pero la producción en lugar de aumentar iba disminuyendo y Hugo cogió 3 bronquiolitis seguidas. Esto fue el detonante para intentar mantener a toda costa la lactancia materna.
Acudí al grupo la Liga de la Leche de las Rosas y cuando Hugo tenía 2,5 meses inicié una relactación. Aunque aumenté muchísimo la producción no fue posible conseguir una lactancia materna exclusiva, pero nosotros ya habíamos cumplido el objetivo: disfrutar del hecho de amamantarle y del vínculo tan especial que creamos además mantener la lactancia materna aunque fuera mixta. Mantuvimos el uso del relactador hasta el inicio de la alimentación complementaria (a los 6 meses de edad corregida, en su caso, a los 7,5 meses de edad cronológica). El poder disfrutar de una lactancia “normal” y ese vínculo tan maravilloso, después del esfuerzo realizado hasta entonces desembocó de una manera natural en una lactancia prolongada. Hugo tomaría el pecho hasta que quisiera.
De esta vivencia nació la asesora que hoy soy. Me enamoré de la lactancia y seguí acudiendo al grupo de apoyo, ya no tanto por resolver dudas como por que me sentía bien y decidí seguir aprendiendo y formándome para ayudar a otras madres con dificultades o sin ellas para que pudieran disfrutar de sus lactancias. En este grupo conocí a Vanesa, con quien coincidí en varias ocasiones. A través de ella conocí Multilacta, de quien ella era asesora y luego se convirtió en mi tutora. No sé si las cosas hubieran sucedido de otra manera hoy estaría aquí como asesora de Multilacta.
18 meses más tarde me quedé embarazada de nuevo y Hugo siguió tomando su tetita. Eva nació en la semana 41, regalándonos un embarazo a término y un parto respetado. Iniciamos la lactancia en el paritorio en la primera hora de vida y ese mismo día iniciamos una lactancia en tándem con su hermano que se mantuvo durante 2, 5 años hasta que Hugo con 4 años y 8 meses decidió dejarlo. Eva ha seguido tomando su tetita hasta los 5 años y medio, edad en la decidió dejarlo. En total han sido más de 7 años de lactancia ininterrumpida, que aunque con algunas sombras en el inicio, ha sido maravillosa, gratificante y empoderante.
No quiero dejar de pasar la oportunidad de agradecer a varias personas su ayuda a lo largo de esta historia: en primer lugar a Gustavo, mi marido, por su amor, su apoyo constante y su paciencia y comprensión infinitas, por ocuparse de todo para que yo pudiera darles lo mejor a nuestros hijos; a mis padres y mi hermana, por quererme, cuidarme y facilitarme la vida en todos los sentidos; a Clara del grupo de las Rosas, por hablarme de la relactación, hacerme creer que era posible y por asesorarme y apoyarme siempre que lo necesitaba; a las madres que acuden a los grupos, de las que siempre aprendo; a mis compañeras de Multilacta, por trasmitirme y compartir su sabiduría; a todos los que, conociendo mi historia, me expresaron palabras de ánimo y aliento y a los que entendieron que mantener la lactancia de Hugo era además una manera de curarnos de las heridas por la separación que sufrimos , pero sobre todo a Hugo, cuyo amor me inspiró y me dio las fuerzas para luchar, a Eva, por darme la oportunidad de vivir lo que tanto habíamos soñado y a ambos, por existir y por enseñarme todo lo que me han enseñado sobre lactancia… y sobre la vida.