¿Quieres participar en un estudio sobre lactancia en niños mayores muy original?

La Organización Mundial de la Salud(OMS), UNICEF, el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría(AEPED), entre otras asociaciones científicas nacionales e internacionales, recomiendan la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de vida del niño y continuar con el amamantamiento junto con otros alimentos que complementen la alimentación hasta los 2 años o más, mientras madre e hijo lo deseen. Todos coinciden en tiempos mínimos, no máximos.

Aunque con frecuencia nos referimos a la lactancia en niños “mayores” como lactancia materna “prolongada”, este término puede hacernos pensar que estamos alargando este periodo más allá de la normalidad, cuando en realidad, tal y como dicen las recomendaciones oficiales, el final de la lactancia materna no tiene una edad determinada y debería llegar a su fin cuando madre e hijo deseen. Si es necesario podríamos referirnos a la lactancia materna en niños mayores, como “lactancia ininterrumpida” aunque el término lactancia materna debería ser suficiente.

Echando la vista atrás, vemos que hasta principios del siglo XX la duración media de la lactancia en el mundo fue de 2 a 3 años.  En este momento histórico aparece la leche de fórmula y por circunstancias sociales y culturales, presiones políticas y de las grandes industrias de alimentación infantil, esta desbanca la lactancia natural, haciendo que se generalice el destete prematuro en la mayor parte del mundo industrializado.

En nuestro momento actual, en pleno siglo XXI, la situación ha mejorado gracias a la evidencia científica acumulada hasta la fecha sobre la superioridad de la lactancia materna. Instituciones como la OMS y UNICEF, junto a los grupos de apoyo a la lactancia materna, vienen trabajado por la normalización de la lactancia haciendo que, a día de hoy, las tasas de amamantamiento en todo el mundo sean mayores que las del siglo XX, pero en nuestra cultura occidental la lactancia materna en niños mayores sigue siendo, en ocasiones, un “tabú”.

Por ello muchas veces nos vemos obligados a hablar de los beneficios de la lactancia en niños mayores como si fuese necesario explicarla o justificarla.

El Comité de Lactancia de la AEPED habla de los siguientes beneficios:

“A partir del primer año de lactancia, la cantidad de grasa en la leche aumenta, resultando un alimento completo y nutritivo para un lactante mayor y de mayor calidad que la leche de fórmula o de vaca. Se ha visto que un bebé mayor de un año que toma pecho obtiene aproximadamente 1/3 de sus necesidades calóricas y proteicas diarias a través de la leche materna (a veces más, sobre todo durante períodos de enfermedad), además de una cantidad muy importante de vitaminas y minerales.

Hay menor incidencia incidencia de infecciones y a largo plazo de ciertos tipos de cáncer (como la leucemia infantil), de enfermedades metabólicas y autoinmunes y un mayor desarrollo intelectual a mayor tiempo y exclusividad de lactancia materna. También se ha observado un mejor desarrollo emocional y psicosocial del niño, 

Por último, se han descrito numerosas ventajas para la madre que amamanta. A más tiempo total de lactancia, menor riesgo de diabetes tipo 2, cáncer de mama, cáncer de ovario, hipertensión e infarto de miocardio.

En cuanto a los riesgos, no existe evidencia sobre ningún riesgo, ni físico ni psíquico para el niño amamantado ni para su madre”

A pesar de todas estas ventajas demostradas, la mayoría de madres que amamantan a niños mayores siguen sintiendo que hacen algo fuera de la normal. A nuestros grupos de apoyo acuden con frecuencia mamás que se sienten “bichos raros” por amamantar a un niño que camina y habla. Estas mamás tienen que enfrentarse día a día a comentarios y opiniones del mundo que las rodea: familia, amigos, vecinos y profesionales sanitarios que cuestionan la normalidad de la lactancia haciendo sentir a las madres y en ocasiones incluso a los niños, que están haciendo algo “malo”.

Para tratar de normalizar esta situación surgen iniciativas tan bonitas como el siguiente estudio organizado por enfermeras y matronas del Hospital Infanta Cristina de Parla. Si amamantas a un niño mayor de dos años que ya habla sigue leyendo, seguro te interesará.

“¿QUÉ TIENE LA TETA DE MAMÁ?” VIVENCIA DE LOS NIÑOS MAYORES DE DOS AÑOS SOBRE SU LACTANCIA MATERNA“

El objetivo del estudio es conocer la vivencia de los niñ@s mayores de dos años sobre su lactancia materna, para ello le damos la voz a nuestros niñ@s, ellos y ellas que saben mejor que nadie qué tiene la teta de mamá.

Somos cuatro compañeras (enfermeras y matronas) que trabajamos en el Hospital Infanta Cristina de Parla y estamos haciendo un estudio de investigación para presentar resultados en el próximo Congreso de la IHAN, que se celebrará en Marzo de 2017 en Zaragoza y necesitamos madres y peques que quieran participar en el proyecto.

Hay bibliografía de estudios sobre las dificultades y apoyos que encuentran las madres que dan el pecho mas allá de los dos años, pero poco sobre qué opinan sus hijas e hijos. Por eso, esta vez queremos dar la voz a nuestros niñ@s y conocer algo más de las madres que con frecuencia nos enfrentamos a una sociedad, familia, amigos, profesionales sanitarios, etc que rara vez comprenden y respetan nuestra decisión y la de nuestros hij@s mayores que toman teta.

Las mamás que quieran participar tienen que estar amamantando a un niñ@ mayor de dos años con capacidad verbal desarrollada.

Se trataría de rellenar este consentimiento y esta encuesta y enviarlos a esta dirección de email.

Necesitaríamos vuestras respuestas lo antes posible, a ser posible antes del domingo 9 de Diciembre.

¡Animaos a participar!

Muchas gracias por vuestra colaboración.